La contaminación lumínica en la Península

En el mapa, el gris más oscuro representa las áreas que tienen cielos aun puros en el cénit, pero contaminados hacia el horizonte en alguna dirección y, por tanto, tienen un claro riesgo de dejar de ser puros pronto.

Los tonos restantes implican cielos contaminados, cada tono tres veces más brillante que el anterior. El blanco representa cualquier cielo que supere en más de 27 veces la luminosidad natural que tiene el cielo nocturno. En concreto:

- Azul. Algo de brillo artificial por toda la bóveda celeste.

- Verde. El brillo artificial equivale al natural. La luminosidad que proporciona la aparición de la Luna en cuarto creciente.

- Naranja. Como tener Luna llena todo el año. La Vía Láctea es prácticamente invisible.

- Rojo. Imposible ver la Vía Láctea. El número de estrellas visibles en buenas condiciones atmosféricas se reduce a un centenar. Se empieza a alcanzar el umbral de adaptación del ojo a la visión nocturna.

- Blanco. El ojo no puede adaptarse a la visión nocturna. Sólo son visibles unas pocas estrellas muy brillantes y los planetas.

Extraído de P.Cinzano, F.Falchi (Universidad de Padua, Italia) y C.D.Elvidge (Centro Nacional de Datos Geofísicos de la N.O.A.A.. Boulder EEUU). Derechos de copia reservados por la Real Sociedad Astronómica. Reproducido de Monthly Notices of the R.A.S. con permiso de Blackwell Science).