Ecologistas en Acción de Antequera ha presentado un extenso documento con un total de 30 alegaciones al nuevo PGOU elaborado por el Ayuntamiento de Antequera. Esta asociación medioambiental considera que el nuevo Plan Urbanístico, a pesar de aumentar la superficie de suelo No Urbanizable de Interés Excepcional, Forestal y Paisajístico, sigue imponiendo, al igual que sus predecesores, un excesivo número de zonas residenciales a contranatura, y crea nuevos núcleos urbanos innecesarios, en contra de lo dicho en el propio PGOU, las determinaciones de la Junta de Andalucía, y de la Ley del Suelo.

Se abandona imperdonablemente el casco urbano a favor de desarrollos más extensivos, a pesar de la reducción de suelo residencial propiciado por el POTA, en algunos casos se utiliza la argucia de aprovechar antiguas edificaciones aisladas para intentar acoplarles crecimientos urbanísticos gratuitos. Todo esto es aun más incomprensible si se considera la situación actual de crisis del mercado inmobiliario, la gran cantidad de viviendas vacías en Antequera –un 20%-, las promociones sin vender (tanto residenciales como industriales) o la escasez de recursos como el agua. Por lo que urge un estudio pormenorizado de la capacidad de carga del municipio, en base a criterios reales de sostenibilidad social, económica y ambiental y olvidarse de una vez por todas de los nuevos desarrollos de segundas residencias, el mal llamado turismo residencial, que genera grandes beneficios privados a corto plazo, pero enormes servidumbres y costes a las arcas públicas a medio y largo plazo, devorando recursos escasos, como el suelo, agua, paisaje y recursos energéticos, yendo a su vez en contra de la Estrategia Andaluza ante el Cambio Climático.

Proyectos como: La Magdalena, Las Monjillas (Vva. Concepción), Sierra Málaga (zona Vva. Rosario), Molino Blanco, Fuente del Sol, Pantano Guadalhorce, zona residencial del Aeropuerto y Cortijo Robledo (Pedrizas) serían un ejemplo de nuevos núcleos urbanos, casi todos legado de anteriores PGOUs. También cercano al casco de Antequera, nos seguimos encontrando con situaciones impactantes como: la gran superficie de suelo residencial a los pies del Romeral, el recrecimiento norte hacia el trazado del AVE, la ampliación del campo Antequera Golf con una enorme superficie que pudiera esconder viviendas u apartahoteles a unos 4 km. de Antequera, entre otras. Y en cuanto a las pedanías: Vva de Cauche (Núcleo Rural Singular), su superficie se extendería a más del doble de la actual; Vva. de la Concepción casi la triplicaría; Bobadilla Estación la duplicaría; Cartaojal y la Joya también lo harían por encima de lo necesario; y Los Llanos, que junto a los terrenos industriales que lo rodearían pasaría a tener unas extensión desorbitada; todas ellas serían expansiones urbanas en nada acordes con sus perspectivas de crecimiento y las necesidades de la población.

Este Plan esconde sus verdaderas intenciones especuladoras detrás de nombres atrayentes, queriendo construir de manera oculta más de 16.000.000 m2 sin conocimiento de la opinión pública –ni derecho a alegar- escondiéndolas tras las llamadas “Áreas de Oportunidad”, siendo así una imposición que, el Ayuntamiento convierte en la norma general y no en la excepción que como tal es contemplada en el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA). Estas áreas serían: A-1 Puerto Seco (ya se contempla en el PGOU la enorme 2ª fase, por lo que sería innecesaria, o una u otra, y sobre todo de mucho menor tamaño), A-2 Ciudad Aeroportuaria, una excusa para construir de casi 11.000.000 m2 (más, en plena crisis de líneas aéreas y cierre de aeropuertos); A-3 Zona residencial turística con campo de golf del Pantano de Guadalhorce con 2.800.000 m2 aprox. según el proyecto inicial; A-4 Zona de Servicio Las Pedrizas antes llamado Cortijo Robledo y que contemplaba 1.600.000 m2 aprox.

Obstinadamente se continúa sin querer apostar por el soterramiento del trazado ferroviario a su paso por Antequera, utilizando el actual trazado, que generaría un menor impacto en la Vega y la ciudad, y dejaría la estación en su actual ubicación lo que facilitaría el acceso a pie de todos y potenciaría con ello el uso del tren. También sigue existiendo el enorme riesgo de conurbación de los Llanos de Antequera con Mollina llegando casi hasta el cruce de la carretera con Alameda, formando en la Vega de Antequera una gigantesca plasta de naves industriales a través de Los Llanos, CITA, Centro Logístico y el aeropuerto; o la de conurbar también Santa Ana con Bobadilla si se apuesta por el Área de Oportunidad A-1; destruyendo con todo ello el mejor suelo fértil de la provincia de Málaga, la pujante agricultura de la zona, el paisaje y paisanaje, y amenazando al acuífero de la Vega con ingentes extracciones de agua y la impermeabilización de tanto territorio en su superficie.

Sigue incumpliendo la Ley 9/2006 sobre Evaluación de los Efectos de Determinados Planes y Programas, careciendo del obligatorio Informe de Sostenibilidad Ambiental que le exige la citada ley. Asimismo, lejos de adoptar la filosofía racional de la Nueva Cultura del Agua, plantea un escandaloso déficit hidrológico, queriéndolo compensarlo con trasvases de agua de dudosa calidad y viabilidad del Embalse de Iznájar. También sigue apostando implícitamente por la implantación de innecesarios campos de golf pudiéndose contabilizar hasta 6 instalaciones de llevarse todas a cabo, como por ejemplo: Antequera Golf, Antequera Golf ampliación (840.000 m2. cuando un campo de golf medio ronda la mitad), Pantano del Guadalhorce o Ciudad aeroportuaria, entre otros. Igualmente no considera como No Urbanizable de Especial Protección-Humedal la Laguna de Herrera, punto de recarga de la Vega. Siendo necesaria a su vez la Declaración como Acuíferos Sobreexplotados de El Torcal y La Magdalena, y estudiar la situación del de la Vega. Igualmente, no se contempla un Plan de corrección de la contaminación lumínica del alumbrado nocturno, problema que se complica aun más con todo lo proyectado; ni se solicita la protección como Parque Natural del Arco Calizo Central, entre Sierra Gorda y Valle de Abdalajís.

Al igual que todos los antecesores de este PGOU, esta asociación sigue viendo un documento adornado con multitud de buenas intenciones que salvo excepciones luego no llegarían a reflejarse en la realidad y que tampoco se observan en la planimetría; que deshumaniza el casco urbano y lo aleja de la cohesión, perdiendo terrenos públicos céntricos para ocuparlos con más viviendas; que vive en la irrealidad de los recursos naturales inagotables; y que denota hoy día aun después de los grandes cambios económicos y escándalos urbanísticos, una enorme inmadurez para gestionar y ordenar el territorio, confundiéndolo con un enorme solar vacío que hay que ocupar a toda costa aun llenándolo de trastos inservibles; y todo ello sin pensar mayormente en el interés general y en las futuras generaciones.