Termina la Semana Europea de la Movilidad (SEM), con una amplia participación de los grupos de Ecologistas en Acción. La conclusión que la organización extrae es que, transcurrido un año desde la constitución de los nuevos ayuntamientos, ha llegado el momento de plasmar en medidas estructurales y continuas a lo largo del año las buenas intenciones mostradas en la SEM

La Semana Europea de la Movilidad lleva realizándose 15 años. Su objetivo es el de reivindicar la viabilidad y necesidad de transformar la movilidad de nuestras ciudades, haciendo que se reduzcan los viajes en coche y se incrementen los realizados a pie, en bicicleta y en transporte público.

Pero lograr este objetivo requiere de compromiso y voluntad institucional: no es posible transformar la movilidad en nuestras ciudades mientras se apuesta por la especulación urbanística, se siguen construyendo carreteras, se facilita la expansión de grandes superficies comerciales o no se invierten suficientes recursos en el transporte público, por poner solo algunos ejemplos. La incongruencia que suponía presumir de movilidad sostenible siete días al año mientras los 358 restantes se hacía lo contrario es la razón por la que la SEM ha ido perdiendo empuje y relevancia en la mayor parte de las ciudades españolas. Un ejemplo claro lo constituye su colofón, el Día Sin Coches, un concepto que tal vez debería replantearse, porque lograr lo que persigue esta iniciativa —demostrar que se vive mejor sin coches— no se puede alcanzar con medidas excepcionales y puntuales que se ponen en práctica únicamente un día. Conseguir ciudades sin coches es cuestión de todo el año.

Desde la edición pasada, sin embargo, se ha notado que la SEM ha tenido un mayor empuje. La llegada a varios ayuntamientos españoles de nuevas fuerzas políticas ha hecho que la Semana de la Movilidad recupere el pulso perdido en ediciones anteriores. En esta edición ha sido especialmente relevante el Día sin Coches realizado en Barcelona y Valencia, con cortes significativos a la circulación de automóviles. En este empuje han participado activamente varios grupos de Ecologistas en Acción.

Pero la SEM, aunque importante, no tiene más que un valor simbólico: debería ser la proyección pública de las políticas realizadas durante el resto del año para lograr una movilidad menos dependiente del automóvil.

Transcurrido un año desde la composición de los nuevos ayuntamientos, Ecologistas en Acción considera que es el momento de pasar de las buenas intenciones mostradas en la Semana Europea de la Movilidad a poner en marcha las medidas estructurales y necesarias para reducir el excesivo número de coches en nuestras ciudades, disminuyendo así la contaminación, el ruido, la siniestralidad y el consumo de espacio público que provocan.