Nuestro clima está cambiando. Y no estamos hablando de los cambios lentos y naturales del sistema climático sino que lo que está pasando ahora es algo nuevo y extremamente rápido.

Podemos apreciar las alteraciones en las estaciones del año y se observa que cada vez hay más tormentas fuertes, lluvias torrenciales, inundaciones y sequías en el mundo. El nivel del mar está subiendo, amenazando ya a poblaciones costeras e isleñas. Los glaciares de montaña y la capa de hielo de los Polos están desapareciendo a un ritmo exagerado. Y la temperatura media mundial ha subido en tiempo récord para el planeta; casi un grado en los últimos 100 años.

La causa son las actividades de una pequeña parte de la población humana, que para satisfacer su modelo de desarrollo y nivel de vida llevan cerca de dos siglos quemando grandes cantidades de combustibles fósiles y talando los bosques del planeta, lo que ha resultado en que la cantidad de dióxido de carbono (y otros gases de efecto invernadero) en la atmósfera ha subido fuertemente.

El 20 % de la población mundial es responsable del 76 % de las emisiones de CO2 (Ecologistas en Acción, 2007).

Es un problema grave porque el clima determina nuestras condiciones de vida, el estado de la biodiversidad, la cantidad de agua disponible, los vientos y corrientes, la formación de las nubes y lluvias etc. Un clima estable es fundamental para llevar a cabo actividades como la agricultura y el abastecimiento de agua, así como para la salud y el bienestar.

Hoy en día más de la mitad de la población mundial habita en ciudades que normalmente son lugares con un gran consumo de energía, materiales y territorio y una gran producción de contaminación y residuos. Justamente por el alto grado de insostenibilidad que sufren muchas ciudades tienen a la vez una alta potencialidad de disminuir las emisiones sitios más eficientes, verdes, cómodos y agradables para las personas que viven en ellas. Pero es necesario que los responsables a nivel internacional, nacional y local empiecen de verdad a trabajar por un modelo de desarrollo diferente al que vivimos ahora y que todas las partes de la sociedad, administraciones, empresas y ciudadanía, tomen las medidas necesarias para luchar contra la contaminación y el cambio climático. globales de gases de efecto invernadero.