Organizaciones ecologistas descubrieron ayer la eliminación de trescientas cincuenta especies botánicas existentes en una parcela de Coslada de la que la empresa Cofares es propietaria. ARBA, la Asociación Ecologista del Jarama “El Soto”, Ecologistas en Acción y GRAMA temían que algo parecido pudiera suceder tras los sucesivos descubrimientos de especies muy raras en estos terrenos, algunas únicas a nivel mundial. Habían solicitado en repetidas ocasiones la protección de la parcela.

El terreno de diez hectáreas situado en el Centro de Transportes de Coslada (CTC) ha sido roturado. Esta actuación ha tenido efectos catastróficos sobre la conservación de varias especies en peligro de extinción en la Comunidad de Madrid, provocando la desaparición de varias de ellas y colocando a otras al borde de la misma.

Para las asociaciones ecologistas, “los hechos, suponen la mayor extinción masiva simultánea de especies acontecida en la Comunidad de Madrid y los califican de barbarie. La explicación, una vez más está en la especulación del suelo. Sobre los terrenos que han sido roturados está previsto la ampliación del CTC, en concreto Cofares (empresa farmacéutica que se dedica a la distribución de medicamentos) construirá nuevas naves. Tanta riqueza natural era un claro obstáculo”.

Desde que en 2005 el profesor Juan Manuel Martínez Labarga descubriera varias especies raras se viene pidiendo protección para esos terrenos, incluida la declaración de una microreserva, dando la posibilidad a los propietarios de trasladarse a otras zonas del CTC (propiedad de la Comunidad de Madrid, Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid y el Ayuntamiento de Coslada). Pero la desidia y el silencio siempre han sido la respuesta dada por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio donde, por última vez, se volvió a reclamar protección para este paraje el pasado 28 de diciembre.

Para el profesor Martínez Labarga, descubridor de buena parte de las especies de la parcela, “se ha arrasado un ecosistema único no descrito para la ciencia, con especies rarísimas, algunas únicas a nivel mundial. Resulta paradójico que una empresa farmacéutica haya destruido tanta biodiversidad y patrimonio genético”.

Entre las principales especies destruidas se encuentran: la mejor población mundial conocida de Cynara tournefortii (alcachofa silvestre), la única población conocida en el mediterráneo occidental de Triticum boeoticum (trigo silvestre precursor de los trigos domésticos actuales), la mejor población ibérica de Malvella sherardiana (pequeña malva), las únicas poblaciones madrileñas de entidad de Convolvulus humilis (pequeña correhuela), Geropogon hybridus (bella flor estrellada) y Teucrium spinosum (herbácea anual); así como las mejores poblaciones madrileñas de Klasea flavescens (pequeño cardo), Linaria caesia (herbácea de hermosas flores amarillas), Scolymus maculatus (pequeño cardo de flores amarillas), Astragalus scorpioides (leguminosa con frutos que recuerdan a la cola del escorpión), etc. Además, entre las especies de fauna está documentada la presencia del grillo de visera (Sciobia lusitanica), una especie incluida en el Catálogo de Especies Protegidas de la Comunidad de Madrid en la categoría «sensible a la alteración de su hábitat». Todo ello es prueba objetiva de la gran biodiversidad que allí se encontraba, unas 350 especies diferentes. Por ello, esta parcela se ha llegado a calificar como miniparaíso botánico de Coslada.

Ahora sólo cabe estudiar posibles actuaciones para que esta barbaridad no quede impune.

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