Desde principios de julio se registran niveles altos de ozono troposférico en buena parte de Aragón. El efecto combinado de una mayor radiación solar y contaminantes emitidos por el ser humano originan este gas que daña la salud de las personas. Aunque es difícil luchar contra este contaminante urge mejorar la información a la población y estudiar qué fuentes contaminantes inciden en la contaminación por ozono en Aragón.

El ozono troposférico (O3) es un contaminante secundario (no es producido directamente por el hombre) que se forma cuando los llamados precursores del ozono, emitidos mayoritariamente por el tráfico y las industrias, reaccionan entre sí de un modo complejo al incidir en ellos la radiación solar. Por ello los niveles de ozono, muy variables, son más altos durante el día y en las épocas más soleadas, cuando se combina contaminación de origen humano con la radiación del Sol.

Según la legislación vigente el nivel de ozono troposférico no deber superar más de 25 veces al año los 120 microgramos/m3 medidos en bloques sucesivos de 8 horas (medias octohorarias) y solo en Huesca capital, en donde se han dado los mayores índices de contaminación en Aragón, en tres semanas se ha superado ese límite 16 veces. La segunda estación de control de la red RICAA (Red Regional de Inmisión de Contaminantes Atmosféricos de Aragón) que ha mostrado mayores cantidades de ozono ha sido la de Monzón, que ha superado ese límite 14 veces, seguida de las de Alagón y Bujaraloz, con 10 superaciones, Torrelisa con 6 superaciones y Teruel con 5.

En cuanto a Zaragoza capital no se ha podido averiguar si se han superado los límites octohorarios porque, pese a estar obligado a ello desde el año 2010, su web no facilita estos datos y solo da medias diarias aunque ningún límite legal hace referencia a ese periodo de tiempo.

El ozono troposférico, u ozono de la baja atmósfera, es un gas muy reactivo que daña a la vegetación, causando importantes pérdidas económicas a la agricultura, y es un importante factor negativo en la salud de la población. Muchos estudios epidemiológicos muestran que, incluso con niveles bastante más bajos de los límites legalmente establecidos, hay una mayor mortalidad entre la gente que sufre contaminación por ozono y mayor incidencia de enfermedades, en especial de las respiratorias. Así mismo este fuerte gas oxidante, al socavar las defensas del pulmón (desorganiza los cilios de su epitelio vibrátil, por ejemplo) agrava las afecciones alérgicas y facilita y empeora las infecciones víricas o bacterianas. Por ello la Organización Mundial para la Salud (O.M.S.) recomienda que el límite de medias octohorarias se baje, de los 120 microgramos/m3 actuales que marca la Unión Europea, a los 100 microgramos/m3 , a fin de garantizar en mayor medida la salud de la población. Sin embargo, presumiblemente, la recomendación de la O.M.S. no es asumida por la Unión Europea porque de hacerlo supondría en la práctica la declaración legal de área contaminada a una parte muy importante de la geografía europea y ello pondría en un aprieto legal a las autoridades europeas, que se verían obligadas a tomar medidas con un costo económico importante.

De seguirse las recomendaciones de la O.M.S. el número de superaciones en Aragón (ved tabla adjunta) se dispararían y, por ejemplo, Teruel capital pasaría de 5 superaciones del límite de 120 microgramos/m3 (octohorarios) a 18 superaciones del límite de los 100 microgramos/m3 . Eso solo en el mes de julio y hasta la fecha.

Ecologistas en Acción de Aragón considera que, además de mejorar la información a la población sobre estos eventos de contaminación, es necesario que el Gobierno de Aragón tenga una actitud preventiva contra la contaminación atmosférica y que éste no debe limitarse tan solo a esperar que se superen los límites legales para, obligado por las leyes, tomar medidas de mejora de la calidad del aire.

Reconocer cuáles son los orígenes concretos de los precursores del ozono troposférico es algo complejo pero importante. Ecologistas en Acción de Aragón recuerda que en el estudio que el Gobierno de Aragón encargó elaborar al Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (C.E.A.M.) sobre los efectos ambientales que ocasionaría la central térmica de Mequinenza, central aprobada pero no construida, se mostraba que la central térmica elevaría de un modo significativo los niveles de ozono en poblaciones situadas a 60 u 80 km de distancia. Por ello el Gobierno de Aragón debería ordenar estudios que muestren la influencia que centrales térmicas mucho más grandes, como por ejemplo la central térmica de Andorra, producen en la calidad del aire de su entorno geográfico, en especial en lo que hace referencia al ozono.