En los últimos días, a raíz de un presunto ataque de lobos a unas ovejas en Herreros, los representes de las organizaciones agrarias en la provincia, han salido en tromba en defensa de la existencia de la ganadería extensiva, aunque más bien habría que precisar que han salido en ataque furibundo contra la existencia de lobos en libertad por los campos y montes de Soria. Ello, por si solo, no habría sido motivo, por nuestra parte, para salir al paso con esta nota de prensa, pues cada uno tiene perfecto derecho de defender lo que es suyo y considera más justo, si no fuera porque, en esa defensa, legítima como decimos, se han empleado una serie de afirmaciones falsas y tendenciosas, que no se corresponden para nada con la realidad del lobo en Soria, y por extensión, en España.

Muy grave es que se afirme que los lobos pueden ser una amenaza para los paseantes y excursionistas que se adentren en nuestros montes; poner como ejemplo que alguien esté cogiendo setas en un bosque y pueda ser atacado por un grupo de lobos es, además de falso, una manera de recuperar el cuento de Caperucita Roja y ahuyentar a turistas poco informados que puedan sentir miedo y que dejen, por lo tanto, de salir al campo, algo de todo punto contraproducente en una provincia que hace del medio ambiente y de la aproximación al mismo, uno de los puntales en el llegada de turismo, y por tanto de recursos, tan necesarios en un sector al alza en los últimos años. Retaríamos a quien afirmó eso que nos dijera un solo caso al respecto que se haya producido en España en los últimos 30 o 40 años Incluso se puede afirmar, que en las zonas donde hay una buena población de lobos, no solamente no se evita salir al campo por su presencia, sino que se busca lo contrario, el verlos, de tal manera que se ha desarrollado un sector empresarial que atrae a mucha gente deseosa de ver lobos salvajes en libertad, como pasa por ejemplo en la Sierra de la Culebra.

También es absolutamente asombroso que se diga que si no se toman medidas, los ganaderos tomarán las suyas, siendo esto una especie de amenaza, para nada velada sino muy explícita, de que van a matar por su cuenta esos lobos. Si la sociedad está dotada de una serie de medidas, reglamentos y convenciones legales es precisamente para evitar que cada cual haga de su capa un sayo. Si de medidas estamos hablando, estaría bien que en un sector como la ganadería extensiva, tan intervenido y tan subvencionado, los ganaderos desarrollaran sistemas de protección efectiva contra posibles ataques de lobos o de perros salvajes. Lo decimos porque en el suceso que ha dado pie a todas estas declaraciones no se nos ha dicho toda la verdad, o al menos se nos ha ocultado que, las ovejas que murieron, se habían quedado esa noche fuera del recinto donde se guardó el resto del rebaño, por lo que al pasar la noche totalmente desprotegidas, pudieron ser una presa fácil para los lobos, si bien el ganadero es verdad que indicó este detalle y luego se ocultó en la noticia.

No podemos obviar tampoco que buena parte de ataques que se producen y se achacan a los lobos son, en realidad, producidos por perros, como se ha comprobado recientemente en la localidad de Vadillo. En España hay zonas con muchísimos más lobos que en Soria, donde las cifras oficiales de los censos seguramente indican más lobos de los que hay en realidad, y en ellas conviven ganaderos y lobos. Un buen sistema de protección con mastines, guardar el ganado siempre en recintos cerrados, en definitiva, lo que ha sido el pastoreo durante toda la vida, puede minimizar en un grado altísimo los posibles ataques de lobos. Estos en Soria se alimentan en gran medida de corzos y no están, como parecen indicar las declaraciones de las organizaciones agrarias, constantemente atacando ganado doméstico.

La existencia del lobo es en la provincia de Soria es perfectamente compatible con la ganadería y es un patrimonio activo y valioso como punto de expresión de libertad y buena conservación de la naturaleza. En toda caso, el debate en torno a su existencia exige, por parte de todos, declaraciones y debates serios, no intentar meter el miedo a cuenta de una criatura que no busca más que vivir, como todos y todas.