El Ayuntamiento debió aplicar el nuevo Plan de Acción por contaminación del aire, informando del riesgo sanitario, limitando el tráfico y reforzando el transporte público.

El pasado jueves 23 de febrero llegó a Valladolid una intrusión de polvo africano que entró el martes 21 por Andalucía, disparando las concentraciones en el aire de partículas menores de 10 micras (PM10), hasta alcanzar niveles que duplican el límite establecido por la legislación y la Organización Mundial de la Salud, y que obligaban a activar la situación de alerta del Plan de Acción por contaminación del aire urbano recién aprobado por el Ayuntamiento.

Así, en tres de las cuatro estaciones de control de la contaminación que miden este tipo de partículas se superaron el jueves los 80 microgramos por metro cúbico que establece el Plan de Acción municipal para activar la Situación 3 o de Alerta, la más grave de las previstas: Arco de Ladrillo (93), La Rubia (94) y Puente Regueral (91), quedándose la estación de Vega Sicilia justo en el límite (80).

La activación de la Situación de Alerta debió provocar el viernes, además de la difusión de información a la población, el cierre al tráfico del casco histórico, la limitación de la velocidad en las vías de acceso a la ciudad y el refuerzo del transporte público y el sistema municipal de préstamo de bicicletas (Vallabici), incluyendo la gratuidad del billete de autobús urbano en hora punta (de 7 a 9 de la mañana y de 4 a 6 de la tarde), entre otras medidas.

No obstante, en la primera ocasión en que ha resultado necesario aplicar el nuevo Plan de Acción, el Ayuntamiento de Valladolid no activó ninguna de las medidas previstas y ni siquiera informó a la población especialmente sensible (niños, mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares) del riesgo de la contaminación para su salud. En una situación similar, en febrero de 2016, el Ayuntamiento sí advirtió del problema y recomendó el uso del transporte público, sin contar aún con el Plan de Acción.

La responsabilidad principal de esta elevada contaminación correspondió a la masa de polvo africano que barrió la Península desde el martes 21 de febrero hasta el pasado lunes. A esta contaminación «natural», se sumó en Valladolid la provocada por el tráfico que utiliza combustibles sucios, en especial los vehículos diésel, disparando las partículas en la atmósfera ante la pasividad de las autoridades locales y autonómicas. De hecho, tampoco la Junta de Castilla y León informó a la población sobre el riesgo sanitario de esta situación.

Afortunadamente, la intrusión de polvo africano se retiró el mismo viernes y los niveles de partículas recuperaron la normalidad, evitando así daños mayores para la salud pública.

Ante esta primera experiencia, Ecologistas en Acción pide al Ayuntamiento de Valladolid que analice el fallo del protocolo de activación del Plan de Acción y se asegure de éste se active en la próxima ocasión en que sea necesario, coordinando las actuaciones de la Alcaldía, las concejalías de Medio Ambiente y de Seguridad y Movilidad y el Gabinete de Información.

La contaminación atmosférica por partículas es responsable de 24.000 fallecimientos prematuros anuales en España, según el último informe sobre la calidad del aire publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente, en base a las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).