En el municipio de Losana de Pirón crece el malestar por los olores nauseabundos provocados por una balsa de purines situada en la localidad. A pesar de las firmas de protesta recogidas por los vecinos y aunque la balsa fue construida sin autorización, el ayuntamiento de Torreiglesias –del que depende Losana– la ha legalizado un año y medio después de haber sido construida. La balsa se encuentra situada a sólo 250 metros del casco urbano.

La balsa, con capacidad de almacenamiento de 3.000 m3 y unas dimensiones de 50 – 24 metros de base y 2,5 metros de altura, fue construida sin la preceptiva autorización y se legalizó a posteriori, obteniendo las autorizaciones por parte del Ayuntamiento de Torreiglesias y, previamente, de la Confederación Hidrográfica del Duero. La autorización de sta última entidad era necesaria al encontrarse a unos 25 metros de distancia del cauce del arroyo Pinilla, tributario del río Pirón.

La construcción ilegal de la balsa había sido denunciada por Ecologistas en Acción de Segovia ante la Confederación Hidrográfica del Duero y ante el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Segovia, pero esas denuncias no sirvieron para paralizar la actuación.

Una ubicación inadecuada

La balsa de purines no sólo fue construida de forma ilegal sino que además ubicó en un lugar inadecuado: apenas dista 250 metros del casco urbano de Losana. La consecuencia de esta mala ubicación son los desagradables olores que deben soportar vecinos y visitantes y que no sólo son nocivos para la salud, sino también para la economía del municipio, ya que puede convertirse un obstáculo para que se asiente población estable, además de perjudicar al turismo rural, una de las actividades de la zona.

Una legalización poco transparente

A pesar de ser parte interesada en el proceso, el Ayuntamiento de Torreiglesias no comunicó a Ecologistas en Acción de Segovia que el procedimiento para otorgar la licencia se encontraba en trámite de audiencia, lo que revela el escaso interés del Ayuntamiento en sopesar los diferentes argumentos y opiniones sobre el tema. Pero, además, este proceder contraviene la Ley de Prevención Ambiental de Castilla y León.

Es preocupante que estas actitudes poco participativas sean amparadas por un alcalde recientemente nombrado Presidente del Consorcio Provincial de Medio Ambiente de Segovia.

La balsa de purines de Losana de Pirón es sólo el penúltimo perjuicio producido por una industria porcina que parece fuera de control. La provincia de Segovia, con unos 150.000 habitantes, cuenta con una cabaña estimada en cerca de un millón y medio de cabezas. Una cifra a todas luces excesiva que provoca impactos inaceptables en numerosos municipios de la provincia.