La industria nuclear ha manifestado sus intenciones de alargar el funcionamiento de las centrales nucleares más allá de los 40 años de diseño. Así, Enel-Endesa, Iberdrola y Gas Natural-Fenosa, podrán solicitar la renovación de los permisos de autorización de la explotación entre lo que queda del presente año y el que viene. La central nuclear de Almaraz (Cáceres) será la primera en pedir la ampliación a partir del 8 de junio, tras ella vendrá Vandellós (Tarragona) el 26 de julio de 2017, Cofrentes (Valencia), el 20 de marzo de 2018; y Ascó (Tarragona) 1 y 2, a partir del 2 de octubre de 2018. La única excepción será Trillo (Guadalajara), a partir del 17 de noviembre de 2021.

El pasado 30 de noviembre se modificó el reglamento del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para desvincular la renovación del permiso de funcionamiento del requisito de la revisión técnica de seguridad de cada reactor, lo que abre la puerta a que el gobierno del Partido Popular pueda conceder permisos sin esta revisión de la seguridad.

Ante estas intenciones de la industria nuclear Ecologistas en Acción junto a las organizaciones que forman el Movimiento Ibérico Antinuclear, recuerdan que:

  • La energía nuclear es una tecnología que fue desarrollada por motivos militares, y cuyo crecimiento solamente fue posible gracias al apoyo económico y político de los gobiernos, siendo un pilar clave en la proliferación nuclear. Una energía que se convirtió desde su origen en una transferencia continua de recursos de los ciudadanos a las grandes multinacionales y los bancos.
  • La energía nuclear es cara, sucia y peligrosa. Los graves accidentes ocurridos a lo largo de su historia, como los de Harrisburg, Chernóbil o Fukushima, muestran con claridad el riesgo que implica la energía nuclear. Un riesgo siempre presente que supone enormes inversiones económicas en materia de seguridad y aumentan exponencialmente el coste de la energía nuclear. Además la generación de miles de toneladas de residuos radiactivos, que mantienen su toxicidad durante miles de años hipotecando de por vida las generaciones futuras. Todo ello convierte a la nuclear en una energía demasiado costosa en términos sociales, ambientales y energéticos.
  • El funcionamiento hasta los 60 años supone un riesgo inaceptable puesto que los accidentes serán más probables en un parque nuclear envejecido. La radiactividad no conoce las fronteras así, un escape de cualquiera de los reactores en Almaraz por ejemplo, podría afectar a Portugal.
  • Este alargamiento implicaría también un aumento considerable de los residuos radiactivos a gestionar. Especialmente los de alta actividad que son peligrosos durante cientos de miles de años y para los que no existe una forma de gestión aceptable.
  • En este sentido, se debe iniciar el desmantelamiento de la central de Garoña de forma inmediata. Además de no conceder ningún permiso más para alargar el funcionamiento de las centrales. Será precisamente la central de Almaraz, la primera en solicitar esta prórroga antes del próximo 10 de junio. Una central cuyos dos reactores tienen una potencia equivalente a 5 veces la de Garoña y que genera grandes beneficios a sus propietarias Iberdrola, Gas Natural y Endesa, a pesar de que su seguridad está degradada.
  • Tan solo un mes después de la solicitud por parte de Almaraz será Vandellós II en Tarragona quien solicite el permiso. Continuando con Cofrentes (Valencia), Ascó (Tarragona) y Trillo (Guadalajara).
  • La única razón para este alargamiento nuclear es continuar con la obtención de beneficios millonarios a través de la factura eléctrica y otras subvenciones costeadas por la ciudadanía. Su mera existencia supone un enorme freno al desarrollo de las energías renovables, que constituyen la auténtica garantía para un sistema energético 100 % renovable. Del mismo modo que el inicio de su desmantelamiento es un momento clave para abordar un auténtico desarrollo alternativo para las regiones nucleares.
  • El proyecto de construcción de un cementerio nuclear en Villar de Cañas (Cuenca) en unos terrenos inapropiados, con un riesgo geológico inasumible, es otro de los despropósitos del actual gobierno que muestra la incapacidad para afrontar un debate trascendental como es el de la gestión de estos residuos altamente peligrosos.
  • Un debate que ha sido ignorado en Salamanca donde a pesar de la enorme oposición de los vecinos y de la hipoteca que supondrá para todo el campo del Yeltes, el CSN, y los gobiernos de España y de Castilla y León, han dado los permisos para la que sería la única mina de uranio a cielo abierto de Europa. Tanto es así, que sin haber finalizado todos los trámites se ha permitido a la multinacional australiana Berkely arrasar el territorio y talar encinas centenarias para explotar un yacimiento que no es rentable. Unas actividades que deben detenerse.

Ante estas intenciones, las organizaciones, colectivos y personas antinucleares solicitarán el próximo 10 de junio en Madrid el fin de estas ampliaciones y un calendario de cierre nuclear. Para ello deberá ser el Parlamento quien apruebe una ley que fije un calendario de cierre que ponga fin a la energía nuclear en nuestro país.

Solicitamos al Gobierno, que no renueve ninguno de los permisos a las centrales nucleares, y que proceda al desmantelamiento de Garoña.

Solicitamos que no se hurte a la ciudadanía este debate fundamental para el impulso de un nuevo modelo energético justo y sostenible. Un modelo 100 % renovable que solo será posible mediante el abandono de la energía nuclear.