Ecologistas en Acción califica de grave la acumulación de sucesos en Trillo. El del día 14 de mayo es el tercero que ocurre en las últimas semanas, mostrando así que los explotadores de la planta nuclear han permitido que se degrade la cultura de seguridad, junto con la falta de rigor del CSN.

La central nuclear de Trillo (Guadalajara) sufrió el día 14 de mayo un nuevo suceso que obligó a bajar la potencia hasta el 39% durante varias horas. Este nuevo incidente consistió en una bajada del caudal de la bomba de refrigeración del núcleo del reactor debido a un fallo en uno de los sistemas de medida de la temperatura. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha admitido el criterio de la central y ha calificado el incidente como leve y lo ha clasificado como nivel 0 en la escala INES de sucesos nucleares.

Para Ecologistas en Acción no puede calificarse de leve el fallo de un sistema de medida clave para controlar los parámetros del reactor y que, como se ha visto, ha sido capaz de originar la parada de la bomba y cambiar la potencia de funcionamiento de la central.

¿Qué ocurriría si las medidas de la temperatura del agua forzaran a tomar decisiones en sentido contrario al necesario para neutralizar el incidente? El flujo irregular de refrigerante en el núcleo del reactor es una de las situaciones más peligrosas a las que se puede ver abocada una central nuclear, por lo que es vital que todos los sistemas que están relacionados con dicho flujo, tales como las bombas, los aparatos de medida de caudal, temperatura y presión, o las propias tuberías, estén en perfectas condiciones. El fallo detectado en Trillo afecta precisamente a uno de estos sistemas.

Este suceso viene a sumarse a los ocurridos en las últimas semanas en la central, que incluyen la avería de una de las barras de control y la pérdida de una tuerca en las reparaciones subsiguientes, durante el proceso de recarga de combustible. Esta acumulación de incidentes no puede deberse a la casualidad sino a un creciente desprecio de la cultura de seguridad por parte de los explotadores de la planta.

Los esfuerzos por reducir costes, que implican reducciones del número de trabajadores, tanto de plantilla como de contrata, así como la precipitación en las operaciones de recarga de combustible, están en la base de estos sucesos. Las dos unidades de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) han sufrido también sendos incidentes en sus dos procesos de recarga. Y no hay que olvidar que Trillo y Almaraz están gestionadas por la misma empresa.

Ecologistas en Acción estima que se está produciendo una desagradable situación en que los explotadores del parque nuclear español se han relajado de forma notable en el mantenimiento de los protocolos de seguridad de las centrales y pide al CSN un mayor rigor con las instalaciones nucleares y radiactivas. Aunque lo más sensato es dejar de tentar a la suerte y proceder al cierre escalonado de las centrales nucleares.