El transporte genera algunos de los principales problemas en las ciudades modernas. Curiosamente, sobre estos problemas existe una gran aceptación social, así como desconocimiento, pues son asimilados como una característica intrínseca de las ciudades, especialmente de las grandes. Son algo así como el precio por vivir la ciudad, la parte negativa de sus ventajas, y como tales no hay lugar para la crítica, sólo para la resignación.

Entre estos problemas no sólo incluimos la congestión o la mala comunicación, sino también los impactos ambientales y sociales que produce el transporte, sobre todo el motorizado, y que tienen una fuerte repercusión en la calidad de vida de las personas.

Especial relevancia merece la contaminación del aire de la que existe, cada vez, una mayor conciencia. Los problemas de salud que genera esta contaminación han conducido a estudios, sistemas de medición, y a que se implanten unos niveles máximos de inmisión, que se superan con demasiada frecuencia en la mayoría de las grandes ciudades españolas. Pero esta mayor conciencia aún no ha llevado, con escasas excepciones, a políticas de restricción al uso del coche en las ciudades. Y, por otro lado, está la creciente conciencia ambiental sobre el calentamiento climático en el que las emisiones de CO2 de los coches juegan un papel fundamental.

Es el conocimiento de todos estos problemas los que promueven el cuestionamiento y reflexión sobre el modelo de transporte. Un modelo que cuando se analiza y se descubre en qué medida gravita sobre el automóvil –el medio de transporte más ineficiente de todos– se muestra como profundamente injusto y derrochador, y por lo mismo, imposible de defender y generalizar.

Conocer el funcionamiento actual del modelo de transporte y su vínculo con el urbanismo, y transformar su visión en algo concreto y entendible, es la mejor forma de disipar el desconocimiento que lo ha mantenido y perpetuado hasta alcanzar la situación actual, claramente insostenible. Es también la forma de conocer nuestra implicación y complicidad, para mejorar su mala situación.

Así, el objetivo de esta página web es ayudar a adquirir y generalizar esta conciencia, algo que resulta fundamental para conseguir el apoyo de la población en el cambio de rumbo que requieren la movilidad y el transporte. Ser conscientes de la repercusión ambiental, pero también económica y social, de nuestras actividades relacionadas con el transporte es una herramienta para alcanzar pautas de comportamiento más sostenibles, donde el impacto debido a nuestros desplazamientos urbanos sea más limitado que en la actualidad, y donde se acepten y apoyen las medidas correspondientes.