• Ecologistas en Acción ha evaluado la calidad del aire en la ciudad de Madrid durante 2016.
  • Un año más, Madrid vulnera valores límite legales así como valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para diversos contaminantes.
  • Aunque el nuevo Gobierno municipal reconoce abiertamente el problema y ha puesto en marcha actuaciones inéditas frente a las situaciones de picos de contaminación, es obvio que las medidas adoptadas hasta ahora son insuficientes para garantizar el derecho de la ciudadanía a respirar aire saludable y es necesario avanzar más en la disminución del uso del coche en la ciudad.
Informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid en 2016

Ecologistas en Acción ha presentado su informe anual sobre la calidad del aire en el municipio de Madrid durante 2016. Los datos de este estudio se basan en los registros oficiales de las 24 estaciones de medición de la contaminación del Ayuntamiento de Madrid.

Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:

Contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2).

  • Nueve de las 24 estaciones rebasaron el valor límite anual de contaminación por NO2 para la protección de la salud humana –40 microgramos por metro cúbico (µg/m3) de media anual– marcado por la legislación europea.
  • La legislación europea establece también un valor límite horario de NO2, para proteger a la población de exposiciones a altos niveles de este contaminante, aunque sea por cortos periodos de tiempo (los episodios de pico de contaminación). El valor límite horario para el NO2 está establecido en 200 µg/m3, límite que no debería rebasarse más de 18 horas al año en ninguna estación. En el año 2016, cuatro estaciones rebasaron este límite legal.
  • Es decir, la ciudad de Madrid ha vulnerado por séptimo año consecutivo (2010-2016) los valores límite legales para NO2. En estos momentos Madrid tiene abierto un expediente de infracción que terminará por dar lugar a una cuantiosa multa. También es importante destacar que son precisamente las emisiones de este contaminante las que han falseado diversos fabricantes de coches, lo que hace que sus motores emitan mucho más que lo permitido por la normativa y que algunos vehículos modernos sean más contaminantes que otros más antiguos.

Ozono troposférico (O3)

  • Siete de las 14 estaciones que miden la contaminación por ozono registraron más de 25 superaciones del valor límite legal octohorario (120 µg/m3) y todas ellas superaron el valor recomendado por la OMS (100 µg/m3, 25 veces al año).
  • Por otro lado, siete estaciones de la red registraron superaciones del umbral de información a la población (180 µg/m3 durante una hora).

Partículas en suspensión (PM10 y PM2.5).

  • Como en años anteriores, en 2016 ninguna estación superó el valor límite legal anual de PM10 (40 µg/m3), pero cinco de las 12 estaciones que miden PM10 igualaron o superaron el valor límite anual recomendado por la OMS (20 µg/m3), si bien por un estrecho margen (el valor máximo registrado fue 22 µg/m3).
  • En cuanto a las partículas más finas, PM2.5 –las más perniciosas para la salud– cinco de las seis estaciones que miden dichas partículas igualaron o superaron el valor límite anual recomendado por la OMS, siendo 11 µg/m3 el valor más alto registrado en toda la red.

Para Ecologistas en Acción el panorama que describe este informe, aunque denota una mejoría con respecto a 2015, es grave. La contaminación atmosférica incide en la aparición y agravamiento de enfermedades respiratorias, así como otras asociadas, como las vasculares y cánceres. La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima en su último informe (noviembre 2016) que por esta causa fallecen prematuramente cada año en España unas 24.000 personas.

Dado que la principal fuente de contaminación atmosférica en la ciudad de Madrid es el tráfico rodado, y puesto que no tenemos posibilidad de controlar la meteorología, cualquier intento serio de reducir los niveles de contaminación pasa por disminuir el uso del automóvil en la ciudad.

Hasta ahora, los gobiernos municipales sistemáticamente han negado el problema («Madrid tiene la mejor calidad del aire que ha tenido nunca en la historia») y se han negado a aplicar medidas encaminadas a reducir el tráfico («Hay que dejar que los madrileños elijan el tipo de transporte, creemos en la libertad»).

Sin embargo, el nuevo Gobierno municipal ha comenzado su andadura exhibiendo un enfoque diferente sobre el problema: reconoce abiertamente el serio problema que supone la contaminación atmosférica para la salud pública y ha aplicado, por primera vez en la historia de la ciudad, medidas de control del tráfico ante situaciones de picos de contaminación. Se trata sin duda de un buen comienzo, de pasos importantes en la buena dirección, que llegan con un lamentable retraso a la ciudad de Madrid, puesto que en definitiva, no se ha hecho más que poner en marcha acciones que llevan muchos años aplicándose con toda normalidad en otras ciudades europeas.

Un aspecto relevante, más allá de la efectividad práctica que las medidas aplicadas hasta ahora hayan podido tener en la mejora de la calidad del aire de la ciudad, es la buena acogida que en términos generales han tenido por parte de la ciudadanía. Esto indica que existe una predisposición favorable para asumir cambios orientados a mejorar la calidad del aire que respiramos, que debería ser aprovechada por unas autoridades responsables en beneficio de nuestra salud.

Es evidente que queda mucho camino por recorrer. El siguiente hito importante que debe afrontar el Gobierno municipal a corto plazo es la elaboración de un ambicioso plan de mejora de la calidad del aire, que aborde con decisión el problema de la contaminación estructural, es decir que plantee la sustancial reducción del tráfico del día a día en la capital, necesaria para alcanzar una adecuada calidad del aire en la ciudad.