La progresiva liberalización del comercio agroalimentario y las políticas diseñadas con el objetivo prioritario del incremento de la producción, han sido responsables del desacoplamiento de la gestión agrícola y ganadera, incrementando los impactos ambientales y deteriorando el medio rural, especialmente debido a los incentivos al uso ilimitado de agro-químicos, uso insostenible del agua, potenciación del monocultivo, roturación de terrenos forestales y sobrepastoreo de ecosistemas semi-naturales.

La producción de cultivos herbáceos en regadío, la sobreexplotación agraria de los acuíferos y el aumento del consumo de fertilizantes: nitrógeno, fosfatos, y potasio, está provocando graves afecciones ambientales. Además, la pérdida de biodiversidad también ha afectado a las especies domesticas, habiéndose producido una constante pérdida de razas ganaderas y de variedades agrícolas

Por todo ello es necesario modificar la actual política agraria para hacer compatible la agricultura con la conservación de la naturaleza, potenciando la agricultura ecológica, modificando el actual reparto de subsidios, potenciando las explotaciones extensivas, generalizando adecuadas medidas agroambientales y desarrollando estrategias de desarrollo rural respetuosas con el entorno.

¿Qué puedes hacer tú?

  • Consume productos de agricultura ecológica, con lo que estarás consumiendo alimentos libres de restos de plaguicidas y con una calidad nutricional sensiblemente superior a muchos de los alimentos procedentes de la agricultura industrial.
  • Compra productos locales y de temporada. Con eso te aseguras que ayudas a mantener un mundo rural vivo, que estas reduciendo tu contribución al cambio climático y que cuidas tu salud al reducir, posiblemente, tu ingesta de conservantes.
  • Agrúpate con otras personas en cooperativas de consumo que eliminan los intermediarios. De esta forma los agricultores consiguen un precio justo para su producción ecológica, se favorece un modelo de producción y distribución de alimentos sostenibles y el consumo es saludable y de calidad a un precio razonable.
  • Reduce al máximo posible, de tu dieta la carne y el pescado, ya que un animal alimentado con cereales comestibles (soja, maíz) supone una pérdida de 70-95% de la energía bioquímica. Por ejemplo, una vaca necesita comer aproximadamente 7 kilos de cereal por cada kilogramo de carne que produce.
  • Siempre que puedas compra en pequeños comercios frente a las grandes superficies, ya que los pequeños se prestan más a un consumo local.